Al hacer conciencia de mi ausencia...


Cada vez que nos interesamos en saber más de nuestras vidas
y decidimos poner luz en nuestra existencia,
nos arriesgamos a encontrarnos con la situación tal y como está,
es inevitable, necesario.

Hacer conciencia de mi ausencia,
y aceptar que en esa ausencia de mí en mi vida
se instalaran en mi territorio actividades de un categoría que no contribuye
y que cuando toca atendernos nos tenemos que dar el trabajo de soportar,
para pagar el precio,
para enfrentar aquello de lo que nos hemos estado escabullendo.

Un cierto tipo de energía,
que puede ser leída de distintas modos,
pero que en lo esencial nos mantiene recluidos en nuestro ego.

Ponemos luz y el impacto es variable,
el sólo hecho de más ya es perturbador,
atemoriza.
Constatar la pequeñez y la pretensión,
tomar cuenta de que estamos en manos de Dios,
que somos parte de un todo que nos puede, así como es, sostener,
como podría dejar de hacerlo.

Comprendemos que estamos en Dios y que no podría ser de otra forma.
Brota el respeto por una fuerza superior de la que también formamos parte,
pero que exige sintonía,
dejarnos atravesar por ella.

Cuando algo así logra pasar,
ese espacio que se conquista debe seguir siendo ocupado por cada cual.
Volver a dejarnos solos,
ahora ya concientes,
es doloroso

Si la inconciencia de nuestra ausencia era un atenuante,
cuando decidimos avanzar, trabajar para estar más concientes
nos obligamos a ofrecernos, a mantener una disciplina,
para garantizar el cuidado de ese territorio que se limpió,
que quedó delicado.
Acabamos de sacar la maleza,
allí se había desarrollado maleza
y si nos vamos,
la maleza que allí crecerá puede ser otra peor.
Esa sensación delicada que se siente
es un llamado para cubrir, para cultivar ese territorio con flores,
para mejor, para cuidar, para iluminar
y facilitar que florezca,
allí donde había oscuridad
colores.

Entonces, para los intrépidos que han dado pasos,
necesitamos trabajar,
juntarnos para ser capaces,
sentir la conexión y pedirnos la acción necesaria,
bailar,
orar,
escribir,
mirar,
amación,
delicación,

recibir la impresión de otros en ese vacío, en ese espacio
de niños,
de ambientes naturales,
de otros que puedan cuidarnos hasta que se adquiera la firmeza,
cantar para estar presentes.

Siempre es un regalo poder limpiar y curarnos de nuestra ignorancia,
de nuestra insuficiencia,
y poder alcanzar otra presencia,
que trascienda la cobertura anterior
para así poder estar en más plenitud
y avanzar hacia el todo y sentirnos más cerca de Dios...

También, así mismo,
surge la obligación de adquirir el rigor de convertirnos en guerreros,
en miembros de una legión que trabaje por la alegría.

Si nos ha tocado la tarea de jugar un rol para servir
para ofrecer un esfuerzo superior en el cultivo de nuestras vidas,
pongámonos contentos, más allá de nuestras miserias,
dolorosas por cierto.

La duda, que surge fácil mientras no hay acción,
nos acosa,
es justo el momento para poner en práctica la fe,
ir hacia adelante convencidos de que es posible.

Para los que en este mismo momento
estamos tratando de participar de un otro esfuerzo,
estamos juntos no lo olviden
nos necesitamos todos
Adelante,
la vida nos sigue esperando,
vamos nosotros a tu reino


Estas consideraciones adquieren sentido para aquel que ha practicado y se ha arriesgado, para el que no, no significan nada.

Águila Sur, Octubre de 2008

Acerca de practicar el Amar a través del Sexo





Sobre Sexualidad
Como otro tipo de momento
con los que cabe relacionarse
cuando vamos viviendo el espacio de lo que sucede,
Aquello que se enciende,
que vibra,
que genera un impacto hacia el intelecto,
hacia el mundo emocional
y un desafío para la conciencia

Nuestro cuerpo es recorrido por una excitación
que brota desde todos lados en el clímax,
y que sale desde todo junto hacia a fuera,
con placer

Dependiendo,
de la capacidad que exista en esa alma
para trascender la cobertura de este acto,
será diferente

Si el ego,
es decir,
cuando el alma no logra trascender esa dimensión virtual de la experiencia
desde donde no se logra acceso para participar en el plano donde ese cuerpo está de fiesta,
la cobertura se limita,
casi exclusivamente,
a incluir las manifestaciones de esa explosión de energía en el intelecto

A medida que el clímax se precipita
el tipo de pensamiento y/o de imágenes que se suscitan
están también afectados por la amenaza
para el ego
de que la Conciencia logre integrar información presente más acá del ego

Se produce durante el orgasmo
un encuentro con el todo superior al cotidiano,
que nos atraviesa y nos puede limpiar
Gurdjieff señala que el sexo es una oportunidad para deshacernos del exceso de asociaciones mentales


Si de inicio,
si de antes
si ya en el encuentro de los amantes
es posible reconocer una presencia,
un grado de plenitud superior integrado en sus conciencias,
la entrada también ofrece más oportunidades:
recibir con más madurez el momento,
comprender mejor la oportunidad.
La potencia que se desata es momento para procurar
una integración conciente
con una porción del todo
que tan solo en esa potencia se abrirá

Meditar,
permanecer concientes,
sin restar,
no para no perderse,
no para no morirse,
y entregarse
y darse la licencia,
para contemplar a veces el apocalipsis del intelecto,
la inminente trascendencia lo obliga a recurrir a todo
para mantenernos secuestrados en sus límites.

Surgen a veces tipos de pensamientos,
culpas, imágenes,
que buscan seducirnos para mantenernos interesados en ese espacio de actividad.

No los tomemos muy en serio
no somos nosotros pensando,
no son indicadores de lo más esencial de lo nuestro;
son reflejos del dinamismo que le ofrecemos a nuestra responsabilidad.
Material intelectual que podrá ser de contenido diverso

Para experimentar la vibración del cuerpo durante y después,
la posible pérdida del límite
sintonizar con una vibración diferente a la nuestra sin perder la continuidad, sentirse vibrando con el todo

Paladear la compañía
cuando existe disposición para estar presentes y juntos
compartir en conciencia dos almas unidas
que se distinguen sin perder la unidad,
suscita emocionalmente una actividad de una pureza que sana.
Pasar de masturbarse en conjunto a practicar el amar…
esa experiencia de estar con una mujer,
esa experiencia de estar con un hombre,
y obligarnos a soltar el vínculo para afirmarnos de él
para pasar si es necesario
y no temer a morirse

La energía que se involucra obliga a que siempre se trate con responsabilidad
de una farra a un aprendizaje
Gozar para el desarrollo de la conciencia

La presencia espiritual
para referirnos a aquella cualidad de nuestro funcionar
que significa impregnarnos de una apertura,
de una visión
siempre difícil de contar
de compartir a través de las palabras,
esa presencia que se paladea cuando estamos más acá de nuestro ego.

Espiritual durante el encuentro sexual posibilita consagrar el sexo,
contemplar la vida,
el encuentro de dos seres humanos integrándose de alma y cuerpo,
la materia se funde,
los límites se pierden
se confía
se atreven juntos a fusionarse,
a experimentar la recuperación a través del complemento del X o del Y,
acercarse al todo
todo aquello que en presencia del complemento sea posible aproximarse.

Los griegos, al parecer, recibían sin culpas el gozar,
lo aceptaban,
no lo prohibían
y con esa misma propiedad señalaban también
que ojalá siempre lo menos posible,
lo justo
que será distinto para cada cuál.
También dependerá de la edad,
de la luna,
de la estación del año
como siempre,
ojalá siempre,
al servicio de las necesidades del alma,
del proyecto sutil


Águila Sur
Septiembre de 2008