Meditación





"Los que no han dedicado horas a la meditación pueden muy bien preguntarse por qué hay quienes la practican; sin embargo, incluso aquellos que sólo han dedicado 20 minutos a la meditación durante algunos meses, resultan visiblemente diferentes al común de las personas. Parecen más calmados e integrados. Es como si hubiesen recolectado las diversas partes de sí mismos y las mantuvieran unidas. Sus movimientos corporales son más suaves, menos precipitados, más armónicos. Al examinarlos de cerca, demuestran considerable sensibilidad, tanto interna como externa. Su conocimiento de la experiencia interna se halla notoriamente por sobre lo común. La práctica de aquietar la mente entrega paz al individuo y también intensifica los procesos internos, de modo que éste puede iniciar un autoanálisis libre. Es un estilo muy íntimo de aprendizaje, ya que no estamos hablando verbalmente a cerca de las experiencias, sino que estamos trabajando dentro de la experiencia en sí. También descubrimos que al aquietar la mente hallamos un refugio que tenemos siempre a nuestro alcance. Recuerdo que en una experiencia muy amarga también meditaba acerca de la belleza de las llamas de la hoguera. Muchos de los desórdenes psicológicos surgen al sentir de nuestra psique que no hay alternativas reales. Debe resolver éste problema determinado, cualquiera que éste sea. La meditación nos abre mundos alternativos que resultan tan válidos como aquel en el cual se nos presentan los problemas difíciles de resolver."

Tomado de "La Profundidad Natural en el Hombre", de Wilson Van Dusen. Editorial Cuatro Vientos. Pág. 85.

Individuación

Individuación es la fuente de toda salud. Individuación es el proceso que mueve al hombre a hacerse una persona completa, única. Esto significa la síntesis de las personalidades, conscientes e inconscientes, y el establecimiento de una relación entre el ego como centro de la conciencia, y el sí mismo, que es la personalidad total, la cuál funciona como nuestro centro.
La individuación es un proceso vital, que lleva a la totalidad. No obstante este proceso nunca se lleva a cabo del todo, porque la personalidad total jamás se alcanza en el curso de la vida. La totalidad necesita la consumación de nuestra potencialidad, pero es difícil que esto se logre, porque dicha potencialidad es demasiado rica y las demandas de la vida cambian constantemente, provocando nuevas respuestas. Sin embargo, el centro inconsciente de nuestro ser de alguna manera sabe lo que significa ser completo. Es a partir de este centro, donde se inicia el proceso de individuación.
No nos decidimos a hacernos enteros, más bien una energía vital que está dentro de nosotros, nos obliga a tomar este camino. Nuestra totalidad –la meta de nuestro desarrollo- vive dentro de nosotros, como una potencialidad dinámica, influenciando profundamente el curso de nuestra vida.
En todo proceso vital, el bien y el mal se entremezclan. La vida nos manda en este proceso no lo que pedimos sino lo que necesitamos para crecer. Las fuerzas del mal tendrán que tocar nuestras vidas porque sin los poderes oscuros, luciféricos, no emerge la conciencia.
El proceso de Individuación es un trabajo. Un “opos vital”. Una tarea que nos llama a no evitar las dificultades y peligros de la vida, sino a percibir el sentido del pattern de acontecimientos que la conforman.
Hay que aprender a ver el hilo que conecta los acontecimientos que la conforman.
El proceso de individuación es la búsqueda de un sentido insertado en la vida misma. El inconciente trata de producir una situación imposible para obligar al individuo a sacar de sí lo mejor.
Dice Jung: “Cuando se sigue el curso de la vida interior de una persona, se tiene la impresión de que estamos en este mundo con el objeto de desarrollar y purificar la vida del alma, o expresado en términos psicológicos, con el fin de la individuación”.

Este texto es la transcripción efectuada por Leonora Calderón de una grabación realizada por su abuela Lola Hoffmann poco antes de morir.
Tomado –sin permiso- del libro “Mi abuela Lola Hoffmann" de Leonora Calderón. 1994. Editorial Cuatro Vientos, pág.193-194.





Autobiografía en Cinco Capítulos

I
Bajo por la calle.
Hay un enorme hoyo en la acera.
Me caigo dentro,
Estoy perdida... impotente.
No es culpa mía.
Se tarda una eternidad en salir de allí.

II
Bajo por la misma calle.
Hay un enorme hoyo en la acera.
Hago como que no lo veo.
Vuelvo a caer dentro.
No puedo creer que esté en ese mismo lugar.
Pero no es culpa mía.
Todavía se tarda mucho tiempo en salir de allí.

III
Bajo por la misma calle.
Hay un enorme hoyo en la acera.
Veo que está allí.
Igual caigo en él... es un hábito.
Tengo los ojos abiertos.
Sé donde estoy.
Es culpa mía.
Salgo inmediatamente de allí.

IV
Bajo por la misma calle.
Hay un enorme hoyo en la acera.
Paso por el lado.

V
Bajo por otra calle.


Portia Nelson, citado en el “Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte” de Sogyal Rimpoché. Editorial Urbano, pág. 55.