LIDERAZGO Y SUPERVISIÓN




Sobre la necesidad de Desarrollar Meta-Funciones, que permitan la Conducción de los miembros de un sistema hacia la eficiencia.



En julio del 2007 se escribió este artículo, para servir de apoyo en el proceso de capacitación “Experiencias Prácticas para el Desarrollo de Competencias Básicas de Liderazgo y Supervisión”, destinado a supervisores y líderes de la CMPC, por tanto no pretende ser un texto acabado en las materias abordadas, sino servir como estímulo para abrir el contacto con niveles superiores de Presencia y desarrollar comprensiones impregnadas de elementos vivos y trascendentes.


Los equipos de trabajo -los grupos humanos organizados para responder a una tarea- que se organizan para desarrollar trabajo en conjunto, distinguen funciones de categorías distintas y complementarias, aquellas donde la destreza se aplica para hacer funcionar algún mecanismo y aquella donde la destreza requerida debe ser suficiente como para contribuir efectivamente al funcionamiento de las personas: conducirlos, modularlos.
La presencia de esa persona en el sistema, va a ser una influencia, va a ejercer una propuesta sobre el cómo el grupo hace sus cosas, el cómo se mueve: Liderazgo. Se le entrega la oportunidad para poder influenciar legítimamente sobre la vida de ese grupo de personas con quienes comparte tiempo de su vida Laborando, intercambiando energía. Deberá por tanto, ejercer una visión superior, impregnada de algún ingrediente de cierta categoría para ofrecer coherencia al ejercicio de semejante responsabilidad: Supervisión.
El contacto que se logre con la realidad, a través de este ser humano que asume tal responsabilidad, debería facilitar el contacto entre cada uno de los miembros del equipo que él supervisa. Administrar la realidad, ofrecerse una lectura de cada momento, con sabor a certeza, comprender la situación y emitir una respuesta, la oportuna, y trabajar para ir mejorando.

La intención sería entonces habilitar a las personas, que desempeñen funciones para la modulación de los grupos humanos, del grupo de personas que conviven laboralmente. Para prosperar en el ejercicio del liderazgo que se espera ejerzan; son modelos a seguir, deberían serlo; y en el desarrollo de la visión funcionalmente superior que ofrecen como una competencia del Equipo.
A través del empleo de técnicas, se busca el reconocimiento de que es posible acceder a una presencia con más plenitud, que resulta posible despertar efectivamente, saltar de estar pensando en la vida, a sentirla propiamente; trascender de manera operativa la subjetividad, e impregnar la lectura del momento de atributos objetivos, información trascendente para el espacio común del grupo, se trata de estar más disponible, de ser capaz de anticiparse al momento, comprometerse con la creación del momento, para responder con frescura; ser un aporte: Súper Visión, Súper Presencia.
Esta distinción funcional, que el responsable debe asumir con propiedad, lo obliga a comprometer, a comprender y a desarrollarse por siempre, es un responsable, es alguien que da cuenta a quien se le exige y de quien se espera disciplina para vivir, ojalá no para portarse bien, sino para estar verdaderamente en ella.
Usamos la contribución que ofrece el cuerpo en estas prácticas para sostener la cualidad de un contacto más sutil e integrado, más vital, más dinámico, que facilite y le otorgue propiedad a la función de conducir, de modular equipos, de administrar la realidad con eficiencia.

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